Damas y caballeros, hoy, estando en clase, he tenido la desgracia de topar con un profesor que ha estado comentando que él, a partir de ahora, va a hacer los exámenes mirando la bondad de los ojos y la calidez de la voz y si le llena o no, haciendo mofa de lo que se hace en el cónclave del Vaticano para la elección del futuro Papa. Pues bien, un profesor con unas ideas ateas o agnósticas que me ha hecho pensar y del cual espero una disculpa pública por lo dicho, y será por lo siguiente:
Soy católico y lo defiendo hasta donde haga falta, siempre y cuando sea respetuoso y no ofenda a los demás. Me parece fatal que haya gente que se burle de las creencias de otras personas, sean del tipo que sean, incluyendo la mía. Aún así, no soy capaz de entender como aquella gente agnóstica y atea que pide respeto para los que no son católicos o de diversas religiones sean los mismos que luego no respetan a los que tenemos unos determinados tipos de creencias. De hecho, me parece de risa. Si eres agnóstico, ateo o de otra religión no tengo ningún problema, no pondré nada en contra de las creencias que otra persona tenga ni le intentaré convencer a menos que me lo pida. Pero tampoco me parece ético con las personas que creemos en diversas religiones que seamos los atacados sin tener en cuenta a las personas que comparten otro tipo de ideología y aprovechen que no contestamos sobre ello. Creerse más inteligente por el hecho de ser ateo es tan estúpido como creerse mejor persona por ser religioso.
Soy católico y lo defiendo y defenderé siempre que me haga falta allá donde vaya, pero no voy a intentar convencer a nadie para que crea en lo mismo que yo, sino que voy a mantener el respeto de la misma manera que pido y exijo que me sea mantenido a mí.
